Extrañar
Mi cabeza ardía al escribir esto, mis latidos ocupaban el espacio de todo mi cuerpo. Mi mente, la única que hacía el esfuerzo por evitar que el corazón tomase el control y, en lo que respecta al resto, le gustaba dejarse llevar, sentir, 'a ver qué pasa'.
Desde pequeño decidí nutrirme de lo que ofrece una buena amistad, multiplicado varias veces, en distintos tiempos algunas ocasiones de forma simultánea; el cariño ajeno. Cada historia es única, verdadera, relativa a la perspectiva de quien la cuenta. Sin embargo llegó el punto en el que desperté dentro de todo esto, las imágenes, sonidos, letras, música, silencio. Advertí que todo estaba relacionado, los recuerdos armaban un rompecabezas sin orillas cada vez más grande, el cual contenía los momentos con las personas a las que les ofrecía importancia. Me quedé pensando un momento, hundido en mi propio pensamiento, mirando a los que ya no estaban; vivos, muertos, dormidos. Ya no se encontraban cerca y yo, extrañaba.
Es muy interesante. Existían personas de las cuales tenía conocimiento de que las volvería a encontrar en algún punto incierto del tiempo, algunas otras que se perdería para siempre sin posibilidad de una última mirada, abrazo, palabras y, otras tantas, de las cuales no sabía qué sucedería. A pesar de todo esto, extrañaba. Los lazos que me unían a toda esa gente me hacían pertenecer en la historia de cada uno; respondiendo a ellos cuando me necesitaban, ofreciendo cariño, importancia, lo cual era gran parte de mi tarea en la Tierra: hacerles saber que aún había en quien confiar, extraño eso. Extraño que las personas confíen sin miedo. Extraño el amor sin restricción pero hace ya tantos años de eso, tantas vidas, tanta evolución, revolución.
Me he quedado atrás, fingiendo ser distinto, buscando el motivo por el cual permanezco. Alguien que extrañe, como yo.



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