El Fuego de Din
“Las noches en vela que pasábamos
juntos escribían historias sobre su lado salvaje, siempre fuimos buenos para
dejar lo abrumador atrás y vivir sin prisa el momento donde se encuentran dos
cuerpos desnudos haciéndose fuego, fuego intenso que arde con pasión y locura”.
(Nayru)
Mi querido falso amante:
La pena surgida por tu ausencia
era inminente y, desde el momento en que lo intuí escogí la dirección en la que
había que situarme sin perder las esperanzas de contextualizarnos en un mundo
mejor.
Yo no esperaba a cuan afable
hombre llegara a mí y, me suscitase a entregarme a él. Tu primer ademán lo
recuerdo bien y fue lo que me inspiró a entrar en ese inefable estado de
limerencia mutua que me encamino a quererte tanto. El melifluo de tu risa me recuerda a la
inconmensurable alegría que aún conservo desde el principio de conocerte. Disfruté
nuestra época efímera de personas entregadas y conmovidas por un mismo fin.
Disfrute la música, el baile, tu
mirada cuando vagamos por las noches; todo lo bueno y todo lo malo…
Me advertí de los adversos
principios que constituyen tu temperamento y pesar de las desmotivaciones que estos
me propiciaron sostuve el valor de permanecer entregado y buscar un punto donde
pudiese contrarrestar lo antes mencionado. Cuando una persona me gusta, sus
defectos me atañen; sé que de alguna manera puedo encontrarlos bellos.
Creí darte lo que buscabas y
supongo que así lo hice. Habías dicho que buscabas a una persona que te amara,
se entregara y tuviera tiempo para ti; me temo que cambiaste de opinión o
sencillamente eso era incierto. Por otra parte puede haber una confusión entre
tus ideales, anhelos, deseos, fantasías…
Para alejarme de ti me hiciste
saber que eras una persona de doble moral. Es una ventaja tener conciencia de
esto porque es lo que incita a una persona a cambiar pero, no te conozco lo
suficiente aún como para determinar que eso fue una jugada para deshacerte de
mí o que es verdad que no quieres herirme porque te sientes culpable de algo y
que no puedes ser recíproco como lo habías establecido desde el principio.
Creo que una persona puede
renacer si se lo propone y tengo la certeza que eso nos compete a ambos:
después de todo a mí, todavía más, porque, no he perdido el interés. “Me
importas y me preocupo por ti”. No puedes desecharme ahora, me escogiste y
pienso permanecer en tu camino para propinarte una mano que te ayude y,
sufragar a que seas lo que tú quieras ser: bueno, íntegro.
Yo había estado perdido pero
ahora me he encontrado; puedo ver pero estuve ciego.
Tienes una mente compleja y me
gustaría contribuir a que se torne bonhomía.
De mi parte, no hay reproche alguno
sobre el camino que elijas seguir, ni tampoco pienso sugerir que si no me ibas
a amar, ¿por qué actuabas para enamorarme? Eres libre de dirigirte a la dirección que te
haga feliz y no tienes por qué complacer a nadie.
No tengas miedo de mirar hacia tu
interior, no dejes que tus demonios corrompan tu corazón, lucha contra ellos y
conviértete en una persona ejemplar y digna.
Todo pasa por algo y lo que no
también… pero esto para mí no se ha terminado,
tal vez no seré tu compañero de vida pero…
Cuenta conmigo, ahí estaré, en la
medida de lo posible.
Que la despedida sea para siempre
o meramente por poco tiempo, eso depende de ti.
Pase lo que pase, jamás te odiaría; vivirás eternamente entre mis
remembranzas. Te quiero.
Gracias muchas, ha sido un gusto enorme haber cruzado nuestras miradas.
PD: Naturalmente amigo; Soy feliz...
Aanst Az.
Aanst Az.



Comentarios
Publicar un comentario