Interior (Turbio III)


     Un profundo latido retumba desde el centro de mi pecho hasta las extremidades de mi ser; abro los ojos (aunque ya estaban abiertos), no sé cuánto tiempo ha pasado pero percibo un milenio y un segundo a la vez. Mi cuerpo, no siento mi cuerpo, como si cada átomo que lo conforma se hubiera detenido, soy estático, Raro. Estoy tan abstraído en lo que ocurre en mí que no me percato del entorno. Frente a mi estoy yo mismo, mirándome, un reflejo bastante real de cuerpo completo a menos de medio metro; parece tan inmóvil como yo lo estoy. Intento moverme pero es como si mi conciencia hubiese perdido el vínculo que controla el cuerpo y sin embargo sigue dentro de este.

     Ni siquiera los ojos puedo mover, fijos y enfocados a los ojos de aquel ser inerte, mis pensamientos dubitativos hacen acto de presencia rebotando por todas partes alegres de no haber sido invitados; no comprendo, si lo que tengo enfrente es un espejo,  estoy flotando de brazos ligeramente abiertos en un espacio infinito, Amorfo. Detrás de ese posible reflejo no hay nada que pueda considerar un algo. Ninguna parte de esa entidad proyecta sombra, al menos hasta donde mi periferia visual me permite verificar, parece ser que la luz y la oscuridad no son contrarios aquí. Los objetos que había traído del otro mundo no son permitidos, no tengo ropa. No logró saber si hay suelo pero no suena a una palabra que exista en donde quiera que esté. Retomando el concepto del reflejo intento forzar la vista para distinguir alguna clase de borde al rededor que pueda confirmarme que existe un gran espejo; sí, quizá es tan grande que los bordes están fuera de mi alcance, Mentira.

     Me empeño nuevamente a la reconexión de mi yo consiente y mi parte física, comienzo con las funcionalidades básicas y automáticas que posee cualquier humano: respiración y pulso. Cuando llegue un gran latido me había hecho "despertar" ahora parece ser que fue el último que tuve pero no como si muriera más bien como un eco de algo que ahora está fuera de mi alcance. En cuanto a mi respiración, fue nula desde que llegue; aunque no siento que me ahogue. Cualquier indicio de sensación es ficticio y efímero.

     Me carcome la maldita duda, cómo podría saber si lo que está frente a mi es un reflejo o ¿es el organismo que le falta a esta conciencia que lo observa? He repasado y analizado todas las dudas danzantes; tal parece que he tenido bastante tiempo de hacerlo una y otra vez; no hay forma de saberlo es lo que termino diciendo. Tampoco hay indicios de sonido, ningún estruendo lejano o tintineo adyacente, aunque podría jurar que podría escuchar la caída de una pluma a cientos de metros de distancia. Tengo la extraña sensación de que el silencio tampoco está presente, no es parte de esta realidad; caigo en la palabra sensación y evalúo su nuevo significado; sentir con la mente porque cuerpo no tengo, Solo.

     Creo que por fin siento algo: movimiento. Milimétricamente me empiezo a desplazar hacia el ente frente a mí. Es un desplazamiento suave y rítmico, progresivo y línea. Me doy cuenta que lo que tengo adelante realiza un movimiento opuesto y simétrico al mío. No puedo enfocar la vista, aparecí aquí con la distancia ideal para apreciar ese otro yo de forma nítida con la mirada directa al centro de sus ojos; el inicio de su nariz, pero ahora que se acerca lo desenfoco y miro a un vacío incoloro a través de él. No figura que haya pasado mucho tiempo y ahora nos encontramos a pocos milímetros de distancia, la inclinación de nuestro cuerpo indica que nuestra nariz será lo primero que haga contacto. Una nueva sensación surge, la puedo experimentar en todo lo que soy ahora: estoy siendo absorbido, arrastrado por lo que ahora dudo completamente que sea un reflejo, Esencia. Mi nariz toca su nariz y una corriente eléctrica pasan de mi hacía eso y viceversa.

     Ahora sé que es real, es quizá mi cuerpo u otro idéntico al mío; aunque esté siendo absorbido por este, como si me tragara. La sensación crece de forma exponencial, siento como soy una conciencia elástica y moldeable. Comienzo a percibir otra vista, una imagen superpuesta, una réplica de la realidad desplazada pocos milímetros, similar a cuando se cruzan los ojos. Se comienza a hacer más nítida conforme soy engullido por la entidad y el infinito con el que comencé se desvanece sustituyéndose por un nuevo infinito. En cierto punto siento como si tuviera ojos detrás de los ojos pero no puedo diferenciar lo que ve cada par puesto que ambas vistas son idénticas. Al mismo tiempo, siento como mi par de ojos principales se desvanecen dando paso a la nueva vista cada vez más pura.

     Por fin termina. Estoy aparentemente igual a como inicié con todo esto sólo que ahora poseo la ligera percepción de haber rotado 180 grados, aunque rotación no es un término adecuado para definir lo que acaba de ocurrirme pero es lo que tengo por ahora y para mi es comprensible. Esto no es  algo comprobable ya que no existe ningún punto de referencia que pueda tomar en cuenta para comparar mi postura inicial y actual. No sé si ahora soy el cuerpo que mira a la conciencia, estoy invertido, soy ahora el reflejo, estoy dentro del espejo o quizá es otro ente idéntico y somos uno mismo, iguales, parejos, paralelos, simétricos, despierto, Soñando.

Comentarios

Entradas populares