Viaje sin retorno.



     Cuando era pequeño paseaba por la vida y en algún punto encontré un camino, estrecho y largo; sin algún destino distinguible. No sabía a dónde llegaba pero al comienzo llevaba mi nombre. Dudé en caminar por aquel sendero, el sentimiento de perderme y no regresar era casi real. En ese tipo de travesías no puedes volver.Y comencé el viaje. 

     Conforme avanzaba me daba cuenta de cómo crecía y todo a mi alrededor se movía constantemente, unas cosas más lento que otras. Admiraba el entorno por el simple hecho del insistente cambio y la adaptación que me obligaba a realizar. Empecé a recibir pistas de lo que me encontraría en puntos futuros y estratégicos a manera de guías ya que ha habido zonas sin algún haz de luz en donde detenerme siempre conllevó riesgo y perderme no es opción. Dentro de lo que abarca el camino existen momentos y seres que tratan de arrastrarme a la orilla del sendero para así dejar pasar a los que buscan lo que yo debo conseguir. 
     
     Desconozco parcialmente los retos a los que me enfrentaré sin embargo hace poco descubrí que una parte del camino retornaba al inicio sin algún peligro y me detuve un momento a meditarlo. Seguía sin saber si realmente existía el final y aquel presente, sabía más de desgracias futuras que de beneficiencias aunque ya tengo unas partes del excelente final y entendí que lo escrito en el destino es parte de las huellas que has dejado. Al final decidí no retornar. 

     En estos momentos camino por aquel sendero, feliz porque decidí hacerlo; he aprendido tanto que ya no soy el de antes pero ha sido la transformación que debo lograr para cuando llegue al final poder decir "lo conseguí". Poco a poco forjo mi armadura para luchar y tejo lazos fuertes con las personas que pelearan conmigo; al final no quedarán muchos pero si los suficientes para continuar. Al menos ese es el plan...

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