Sombras

     Superaba la onceava vez que huíamos.

     Siempre que encontraba su ubicación no quedaba tiempo para explicar mi presencia en ese momento, sólo restaba deshacer su misión actual y entregarle una nueva: no morir. Aunque la palabra "muerte" es distinta aquí, posee un contexto más oscuro que el típicamente conocido. En fin, llegué a mancharlo todo como siempre, combinando su realidad con la mía, creando un escondite, una salida. 

     Esta vez ella estaba en un campo abierto a medio día, alzando los brazos exclamando frases que por su posición de espaldas no alcanzaba a entender, volteó a verme extrañada y a la vez con cierto enojo, siempre la encuentro. Mi rostro lo decía todo, yo corría hacia ella y tras de mí el espacio cambiaba a una ciudad nocturna; no podía detenerme a observar cómo era que se combinaba el entorno, hasta que al llegar a donde se encontraba la tomé del brazo y cerré los ojos. Al abrirlos estábamos en un bosque de noche, ahora sabía que habíamos logrado una realidad combinada que nos daría tiempo de salir.  En realidad los entornos combinados nunca han durado más de lo suficiente, el tiempo exacto para que nos pierdan, para despertar. Pero nada se detiene allí, ellos siempre nos buscan y siempre nos encuentran.

     Tres sombras que nos persiguen desde hace tiempo, un buen tiempo para saber qué esperan de nosotros pero no es así. Cada noche es igual en un entorno distinto; mis trucos se agotan y debo aprender a ser más veloz, necesito más herramientas, conocimiento; ya he estado trabajando en ello. No sé cuánto más soporte, no siempre es fácil correr y si llegara la noche en la que me tomen sin cabida a salir de allí, no espero nada en realidad, ambos sabemos cómo terminaría y fallar no es una opción.

     No hay vuelta atrás, ahora a terminar lo que empezamos.